viernes, 5 de diciembre de 2014

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Valvulopatía tricuspídea y pulmonar: evaluación y tratamiento


RESUMEN:

La detección clínica y la cuantificación de la valvulopatía tricuspídea, a pesar de su importancia, no son del todo exactas. La ecocardiografía es la base de la evaluación diagnóstica y el Doppler-color es útil para la cuantificación de la insuficiencia tricuspídea. La ecocardiografía proporciona información relativa a los tamaños de las cámaras, la función ventricular derecha y el grado de hipertensión pulmonar. De igual modo, la estenosis tricuspídea puede evaluarse de forma exacta con el empleo de gradientes medios y telediastólicos. Las opciones de tratamiento para la estenosis tricuspídea incluyen la valvuloplastia con balón y la reparación quirúrgica de la válvula. La insuficiencia tricuspídea funcional asociada a una cardiopatía izquierda puede requerir atención quirúrgica durante la operación por una afección del corazón izquierdo. La insuficiencia grave requiere generalmente una actuación quirúrgica asociada a la cirugía de la válvula mitral. La insuficiencia tricuspídea leve o moderada requiere cirugía en caso de dilatación anular o hipertensión pulmonar grave. Las opciones quirúrgicas incluyen la reparación de la válvula tricúspide con o sin anuloplastia. En los pacientes con una deformidad anatómica primaria de la válvula tricúspide, puede considerarse una sustitución valvular con una bioprótesis o una válvula mecánica. Los resultados a medio y largo plazo son favorables a la reparación valvular con anuloplastia, en comparación con la sustitución valvular. La valvulopatía pulmonar es de etiología predominantemente congénita, por lo general en forma de estenosis pulmonar. La insuficiencia pulmonar con frecuencia se debe a una valvuloplastia quirúrgica o con balón y tiene secuelas negativas a largo plazo. Los progresos recientes en la sustitución valvular percutánea son importantes.


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